Se yergue centrada, frente a la punta Canfalí que separa casi simétricamente dos enormes extensiones de finísima arena , las playas de Levante y Poniente, el tesoro mas envidiado de la zona.
Justo en el vértice que forman las dos está la isla. Con solo 6 hectáreas y media de superficie, 350 mts. de longitud y 260 de anchura, con una altura máxima de 73 mts.
Las Golondrinas son las embarcaciones que durante todo el día y en recorridos de 20 minutos transportan a los visitantes.
La isla tiene un perfil triangular que la hacen perfectamente visible desde cualquier ángulo que se atalaye el mar y la ha convertido en el encuadre paisajístico por excelencia de la costa.
Tiene también su toque mitológico. No podemos evitar echar una rápida ojeada: parece que Roldan, hijo de la princesa Berta, Hermana de Carlomagno se enamoro perdidamente de una bella dama. La bella dama estaba misteriosamente condenada a morir y únicamente podría sobrevivir si la enorme masa del vecino monte Puig Campanapermitiera pasar los rayos del sol del atardecer. Roldan no lo dudo ni un instante y armado con su espada Durandarte atacó al gigante. La hendidura quedó en lo alto de la montaña y sus restos se precipitaron al mar que configuraron la isla desde entonces.
La leyenda, como todas las leyendas no deja de ser hermosa, pero los geólogos lo ven de forma distinta, para ellos, tanto la propia isla como la llosa, superficie sumergida al mismo sur de la isla, no son mas que la continuación de la vecina Sierra Helada, que se precipita al mar, hundiendo en el final de sus brazos, la Llosa queda enteramente sumergida, la parte mas alta a 6 mts. de la superficie y su base a algo mas de 30 mts.
Tanto la sumergida Llosa, como la emergente isla son dos enclaves marinos especialmente protegidos por el alto valor ecológico por la flora y la fauna que albergan, que les convierten en paraísos para buceadores y submarinistas, donde especies depredadoras como el Dentón, La serviola y el Espetón son comunes y donde morenas, pulpos y sargos buscan refugio en los roquedales. El componente vegetal de la zona, lo componen diversas clases de algas y entre las aves marinas destacan sobre todo el paiño común, ave marina protegida que anida en las grietas y cuevas de los acantilados, la gaviota Audouin, y el cormoran moñudo entre otras muchas.
Un restaurante permanece abierto durante el día, por la noche la isla queda desierta, visitantes y empleados abandonan la isla al atardecer. Únicamente a principios XIX una epidemia de cólera, llevo a la isla algunos centenares de personas que huían de ella, a partir de entonces, ajetreo de día y calma absoluta de noche.
F J Villa plana.
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