El pionero del rock español, así es como conocen los entendidos en música a Micky. Este artista formó parte de la famosa banda de los 60 “Micky y Los Tonys”. Tras el gran éxito con su grupo, en los 70 se lanzó con su carrera en solitario e hizo disfrutar a España y parte del extranjero con canciones como “El chico de la armónica”. En 1977 participó en el Festival de la Canción de Eurivisión, en el que quedó noveno. Ahora, actúa en el Benidorm Palace cada martes y jueves hasta enero, el 28 de diciembre y la noche tan especial de Reyes (5 de enero).
¿En qué consistirán las noches que ha preparado para el Benidorm Palace?
Me siento un privilegiado porque soy como una especie de regalo de Navidad. Estoy compartiendo noche con la orquesta New Bambú, que es maravillosa y de la casa. Hemos recopilado un set de canciones que recoge los éxitos de Micky en solitario, entre las que se encuentran: “El chico de la armónica”, “Enséñame a cantar” y “Bye, bye Fraulein”. Además, meteremos alguna que otra pildorita de las canciones más estándar, por ejemplo, haremos una versión de “Bésame mucho” que hizo The Beatles en Hamburgo; “Ansiedad”, de Nat King Cole; un tema de Elvis Presley titulado “Can’t help falling in love with you”; y otro medio yeyé, medio twist, para que la gente se deje las caderas en la pista, “Buona sera singonira”.
Canciones conocidas por todos…
Está música está testada, funciona y suena muy bien. Yo a veces me vuelvo y le digo a los chicos “Enhorabuena porque suena a disco”. La gente se va a creer que hemos puesto playback, pero no. Música, voz y coros en directo. Todo absolutamente en directo.
¿Tiene algo preparado para los días tan especiales en los que actuará, como es la noche del 5 de enero?
Estamos poniéndonos las pilas para estos días, que son importantes y muy románticos. A mí la Navidad no te creas que me hace mucha gracia. Lo voy a decir con la boquita pequeña. Me recuerda a gente que ya no está entre nosotros. De mi familia en primer lugar, de la de mi mujer y a amigos. Fernando Argenta, que se nos fue el año pasado; Tony Ronald, hace dos años; Paco de Lucía, gente buenísima... Por eso hay que tener un poco de cuidado con la Navidad, no nos pongamos demasiado nostálgicos no vaya a ser que se nos vea el plumero.
Lleva desde los años 60 subido en un escenario, ¿sigue teniendo nervios antes de cada show?
Sí, claro. Ahora tenemos muchas referencias como Pastora y Sabina, a los que les dan los “mareitos” de los nervios. Yo creo que es un poco el sentido de la responsabilidad que todo artista debe sentir. Yo tengo muchos años, no tantos como creéis, pero muchos. Y con ellos, experiencia en múltiples escenarios recorridos, no sólo en España, sino internacionales. Pero siempre que salgo tengo mis trucos y oraciones porque yo soy muy especial. Digo: “San Blas y Santa Cecilia, por favor, échame un capote para que la gente salga a bailar, se lo pase bien, que yo esté afinado, que los músicos también”. Pero siempre hay pellizco en el estómago, y el que no lo tenga… malo.
Y funciona, porque la gente sigue disfrutando también como el primer día…
Han oído campanas y creo que saben dónde. Fui número uno en Alemania y Benelux. Después, Elvis Presley antes de morir grabó “El chico de la armónica” en Estados Unidos. Yo soy un tipo bastante conocido por ahí. Es decir, a lo mejor no me asocian a la imagen de calvo y raro, como antes tuve pelo... Pero ahora soy calvo tipo Sean Connery. O sea, soy guapo por obligación. Entonces claro, tengo una afinación experimentada y entran al trapo. Yo veo a mucha gente que no son españoles, me sonríen y les veo cantar…
¿Cuáles son las canciones que ve que son con las que más se anima el público?
Entramos con “Enséñame a cantar” y eso es un gol directo por la escuadra. Y cerramos con “Bye, bye Fraulein” que es otro acierto seguro. Son canciones que están en la memoria de todos. Benidorm Palace está ahora mismo con Micky volcada y no sé cómo agradecerlo. Sé que vivo a más de 100 km de aquí, pero no me cuesta nada venir. Estoy absolutamente integrado en la maquinaria y en el éxito de las noches de Benidorm. Yo siempre digo que soy un poco el telonero. Porque el show EFEX, eso es algo muy gordo, ¿eh? Os lo digo yo que estoy fuera por ahí en el mundo y sé de qué va la película, así que por favor, no lo duden. Y si me ven a mí, pues mejor.
Usted es un asiduo a la ciudad…
Benidorm para mí, voy a decir la verdad, que no se entere mi mujer. Esta ciudad para mí, cuando venía con Micky y Los Tonys, era un poco la base del “ligoteo”. Yo venía aquí en Semana Santa, que yo titulaba “Semana Internacional Santa de Benidorm”, y yo es que me ligaba… Bueno, es que yo he sido muy ligón, me ligaba a cada doncella maravillosa. Y me lo pasaba muy bien, doy fe, y los hoteles también tienen que dar fe de mí y de mi presencia.
¿Qué tiene de diferente sus conciertos en Benidorm con los que hace fuera de aquí?
Soy un polivalente. En Madrid estoy con Los Colosos del Ritmo, que es una banda de rock and roll genuino. Allí hacemos guerra y no perdonamos. No tocamos las mismas canciones que aquí… Allí es todo “La cuenta atrás”, mi último LP. Ahora me voy a Austin (Texas) a terminar un segundo cedé. Voy a estar, entre otros, con The Black Angels, un grupo americano muy especial. Este es el tipo de repertorio con el que yo me desmadro. Pero como sé que donde me desmadro no gano dinero… porque yo tengo que sobrevivir de la música y lo hago gracias a mi faceta estándar.
¿Cómo definiría al público que viene al Benidorm Palace?
Es muy especial, aquí no se andan con chiquitas, ¿eh? Es mayor que yo o de mi quinta. Están en los sesenta y se levantan, pala, pico y rastrillo… lo que haga falta. Pero, es un arma de doble filo porque el otro día me dijo una señora: “Oiga, no nos cante usted tantas baladas porque nos vamos a dormir”. Lo que me faltaba, que me lo dijeran. Les canté “Buona sera signorina” y “Bye, bye Fraulein” y la dejé derrotada. Es muy difícil acertar. No es nada fácil este reto.
Excursiones Benidorm/Alba Mercader.