La Marina Baixa: Tesoros verticales sobre el Mediterráneo
Las montañas y formaciones geológicas de esta zona del Levante se han convertido en un paraíso para los amantes de la escalada
Las paredes de los grandes colosos que forman la Sierra de Aitana han logrado importante fama entre los amantes de la Escalada. Enclavada en el interior de la Marina Baixa y muy cercana a la costa levantina, este entorno de pronunciada verticalidad tiene como principal ventaja un clima que permite la práctica de la escalada en contacto con la roca a lo largo de todo el año; mientras que en otros conocidos lugares hay que enfrentarse a la dificultad de picar el hielo durante los meses más fríos del invierno.
Con unas características geológicas inmejorables y arropadas por un clima benevolente, la Marina Baixa se ha convertido en una zona de peregrinación para cientos de escaladores nacionales e internacionales, abriendo una nueva ruta turística que se aleja del tradicional mercado de ‘Sol y playa’, virando hacia un turismo deportivo y de montaña.
La presuntuosa montaña del Ponoig, popularmente conocida como ‘El León Dormido’, y que se sitúa en el municipio de Polop de la Marina, es quizás la más frecuentada por los aficionados a este deporte, gracias a sus características paisajísticas y geológicas, así como por una imponente verticalidad que invita a surcar sus vías y conquistar su cumbre.
LAS PAREDES DEL PONOIG
El Ponoig con 1.181 metros de altura, alberga paredes que se elevan hasta los 600 metros de altura. Su roca de color rojizo, semejante a la caliza, está formada por carbonato doble de cal y magnesia, una característica geológica que le ha hecho merecedora del sobrenombre de ‘Los Dolomitas Españoles’. En el Ponoig se puede practicar tanto Escalada Clásica como Escalada Deportiva e incluso existe una Vía Ferrata con la que desafiar a las alturas.
Este bello macizo tuvo su primera escalada en 1970. Fueron los británicos Brian Royle y Kim Meldrum quienes llevaron a cabo la apertura de la pared denominada ‘El Espolón de los Ingleses’, inicio de lo que más tarde se convertiría en una magnífica zona de escalada con más de 60 grandes itinerarios, a la que acuden deportistas de toda la geografía española y de muchos puntos de Europa.
Al darse a conocer este descubrimiento, los escaladores valencianos no tardaron en visitar las paredes del Ponoig, y en 1972 surgió un atrevido trazado en la pared central al que se bautizó con el nombre de la ‘Vía de los Valencianos’. Sin duda, esta vía se ha convertido en una de las más repetidas de todo el macizo, siendo ya un clásico de obligada ascensión. Como curiosidad, destacar que esta vía también fue escenario de la primera escalada llevada a cabo en esta pared por una cordada femenina, formada por Marisa Puchades y Amparo Abad en el año 85.
A esta ruta se fueron sumando la ‘Vía Cataluña’ y la ‘Vía de los Murcianos’, con clara referencia a la procedencia de sus aperturistas. En cada una de ellas, iba incrementándose el grado de dificultad, llegando a configurarse como paredes de gran compromiso.
En los primeros años de la década de los ochenta el Ponoig ya era un hervidero de escaladores venidos, sobre todo, de Alicante y Murcia. Ellos pusieron en práctica las más novedosas técnicas de escalada artificial y crearon rutas que, aún hoy, no han sido "liberadas", es decir, rutas que se continúan realizando con la ayuda de diferentes aparejos y sistemas artificiales de progresión en lugar de progresar únicamente con las extremidades del escalador. Itinerarios a los que se dedican muchas horas de esfuerzo, tesón e imaginación.
Hoy día, se cuentan unas 64 rutas, aunque esta cifra aumenta rápidamente, ya que son muchas las vías que se inauguran a lo largo del año por los aficionados a este deporte y a estas paredes. Todas estas vías se encuentran repartidas por los seis sectores existentes en la pared del Ponoig, cada uno con sus particulares singularidades: Sector Lomo del León, Sector Central, Sector de las Hadas, Sector de Torre de En medio, Sector de Tozal de Levante.
VÍA FERRATA Y ESCALADA DEPORTIVA
El Ponoig dispone además de una Vía Ferrata para fomentar la práctica de este deporte, dando la oportunidad de iniciarse a él a través de este itinerario vertical equipado con diverso material como clavos, grapas, presas, pasamanos y cadenas, que permiten el ascenso con seguridad a zonas de difícil acceso para senderistas o no experimentados en la escalada. La seguridad corre a cargo de un cable de acero instalado en toda la vía y el arnés provisto de un disipador de energía y mosquetones especiales de Vía Ferrata (marcados con una k) que nos aseguran en caso de caída.
Esta Vía Ferrata recorre un espolón entre vías de escalada, en una ascensión vertical que exige continuamente de brazos ya que su verticalidad es muy pronunciada, con pequeños resaltes y paradas en las que ver nuestra progresión. El descenso se hace mediante la técnica de 'rapel' que exigen el uso de doble cuerda; hay que dominar bien esta técnica antes de proponerse ascender por la Vía Ferrata.
Por otro lado, existe también en los valles de alrededor del Ponoig dos zonas de escalada deportiva. Se trata de una modalidad de escalada en la que las vías suelen tener menos recorrido y estas están provistas de un mayor número de seguros. Todo aquel inexperto que desea conocer el mundo de la escalada generalmente comienza a escalar en este tipo de vías, por lo que a estas zonas de escalada 'deportiva' también se les suele denominar 'escuelas' de escalada. Las zonas de escalada deportiva más señaladas que existen en los alrededores del Ponoig se encuentran en el 'Morro Almaida' y en el 'Castellet de Polop'. Las paredes de ambas zonas oscilan entre unos 15 a 30 metros, y sus vías tienen diferente grado de dificultad.
Los interesados en descubrir las diferentes rutas que ofrece el Ponoig, ya sea en grandes paredes o en zonas de escalada deportiva, pueden informarse en el libro ‘Guia de escalada del Ponoig’, de Carlos Tudela.
OTROS PUNTOS DE REFERENCIA EN LA MARINA BAIXA
Aunque el Ponoig quizás contiene una mayor versatilidad en cuanto a amplitud de vías, grados y estilos, el Puig Camapana es otro de los colosos de Sierra Aitana cuyas paredes son dignas de descubrir y conquistar. Con 1.408 metros de altura, el Puig Campana alberga paredes de hasta 800 metros de desnivel, convirtiéndose en otro de los paraísos de la escalada clásica con el mar como testigo.
También en la Sierra de Aitana encontramos otro tesoro vertical para explorar, justo detrás del Ponoig. Se trata de Penya Roc, un enclave quizás menos conocido, pero igual de atractivo. Está conformado por una serie de agujas y esbeltas paredes de unos 250 metros. Sus rutas, aunque más modestas en altura, requieren una mayor exigencia en cuanto a compromiso y dificultad, por lo que es ideal para escaladores más experimentados.
Por último, el Valle de Guadalest es otro de los puntos neurálgicos de la escalada en la Marina Baixa. Este singular valle es una buena opción para la escalada deportiva y para todos aquellos escaladores que ya hayan consolidado el grado medio. En sus paredes, las cuales sostienen al pintoresco Castell de Guadalest, se puede disfrutar de numerosas vías de mucha calidad sobre una roca caliza en las que abundan las fisuras, agujeros, placas y desplomes. Además, como ventaja, en esta zona existe un refugio prácticamente a pie de vías donde poder consultar las nuevas aperturas o simplemente de disfrutar de un tentempié, un refresco o una deliciosa paella como recompensa a una jornada de esfuerzo.
Éstas no son las únicas zonas de escalada existentes en la Marina Baixa, hay muchas otras donde poder disfrutar de este deporte de altura, aunque quizás sean estas las más destacadas.
Begoña Arija.
ExBenidorm.