Entrevista a Titto Lester, payaso del nuevo espectáculo de Benidorm Circus.
Benidorm Circus comienza la nueva temporada el 28 de febrero con el espectáculo “Bravissimo”, un show que recuerda al circo más tradicional y que cuenta con alrededor de 30 artistas con una amplia trayectoria, como Titto Lester, uno de los payasos que actúa en el show y que lleva a sus espaldas una carrera de más de 50 años…
¿Cómo se inició en el mundo del circo?
El primer gag que hice fue con mi padre con cinco años, pero no era profesional. Era uno de esos espectacularcitos para matinés, apariciones pequeñas. Es una tradición familiar que viene desde mi bisabuelo, que era cantante y humorista de teatro en Portugal. Mientras que mi padre era payaso tradicional de circo y mi madre era trapecista. Yo nací en ese ambiente y hoy por hoy continúa. Mi mujer fue patinadora de “Holiday On Ice”, un espectáculo de hielo, y mis dos hijas también tienen diferentes apariciones en el Benidorm Circus, haciendo por ejemplo malabarismos con los pies con cinco balones.
Imagino que no era fácil compaginar sus estudios con ser hijo de un artista de circo.
Empecé el colegio con seis años y terminé con 14, que era el período obligatorio en Portugal en ese momento. Yo tenía un documento del Estado portugués con un sello que acreditaba que era hijo de un artista de circo y me tenían que aceptar legalmente en cada escuela de la ciudad en la que actuábamos. Mi madre me llevaba por la mañana al colegio y los niños me miraban y me decían: “¡Mira, el del circo!” Me veían como un extraterrestre. Me preguntaban cosas y querían que les hiciera números del show.
Es de Lisboa, trabaja en Benidorm y ha estado por todo el mundo…
Prácticamente sí. Y he tenido contratos para ir a Japón, China, Rusia… pero no he aceptado porque a mi mujer no le gusta mucho salir. No obstante he trabajado en muchos países de Europa y África, y en 1974 en América con mis padres, cuando el circo estaba en su mejor época. Es muy bonita la vida del artista porque te da la oportunidad de viajar, de ver a mucha gente, aprendes mucho… Sólo por la forma de hablar ya sé de dónde son las personas, si son de Escocia, Gales, Noruega, etc.
O sea que es cierta la fama de que el trabajador del circo no para de viajar…
La gente del circo viaja mucho, pero tanto que a veces nos perdemos los bellos monumentos de cada ciudad. Yo he estado en Pisa pero nunca he visto la Torre de Pisa. Estamos tan hartos de viajar que ya es secundario, aunque sí que es cierto que hay artistas que lo hacen, yo visito los monumentos hasta lo que puedo. Trabajé por ejemplo en cruceros, y en la segunda semana estaba aburrido, pero la gente paga una fortuna por estar ahí. También he recorrido España con espectáculos como el de Teresa Rabal o Ángel Cristo.
¿Cómo era el mundo del circo en tus inicios?
Los años 60, 70 y 80 fueron las décadas doradas del circo y estábamos en las ciudades durante un largo tiempo porque entonces se llenaba cada día el espectáculo. Era una época donde no había casi televisión ni cines. Se trataba de una gran atracción para la ciudad, traían shows con animales, y la gente sólo tenía la oportunidad de verlo una vez al año o cada dos años.
¿Y ahora…?
Hoy en día ha cambiado todo. La gente tiene muchas cosas con las que entretenerse, tiene tantos divertimentos que el circo no es imprescindible. Cada vez es más difícil atraer a la gente para que venga a ver un espectáculo. Tiene que ser muy bueno para que se interesen.
¿Cómo ve el futuro del circo?
Yo creo que existirá por muchos años porque es un espectáculo que atrae a los niños. Los padres tienen ganas de llevar a sus hijos al circo, es un entretenimiento muy digno para los menores. Pero siempre dependerá de lo que ofrezca, porque hay muy buenos y muy malos, como todo. Normalmente los circos buenos están en Alemania o los países escandinavos, donde todavía están bien vistos, llevan grandes espectáculos y eso hace que funcionen bien. La gente aprecia el circo cuando es de calidad. Aquí, como en Portugal, la crisis ha afectado más. La gente cuando no tiene dinero no va a gastar en esto, primero ahorran para comer y lo secundario es el divertimento.
Lo más importante para los artistas es el público, ¿Cómo es el español?
Los españoles son muy buenos en general para los espectáculos. Lo que quieren es divertirse, sólo tienes que saber cuál es el tipo de humor que les gusta y se lo das. Yo canto como Raphael pero exagerándolo, y se ríen porque todos le conocen. Pero imitando a lo mejor a Frank Sinatra no es lo mismo. Tienes que buscar lo que es del país, o si no, un humor conocido internacionalmente, como hago en el Benidorm Palace.
La participación del público es un clásico…
Si, casi todos mis espectáculos los hago con la participación del público. Es una manera más fácil de dibujarles en la cara una sonrisa porque los familiares o amigos se ríen del que sacas a la pista. Si cojo a 5 ó 6, ya son 5 ó 6 familias que se están riendo y contagian a los demás.
¿Qué es lo que más le engancha de esta profesión?
Sin duda, hacer reír a la gente. Si veo que se están divirtiendo conmigo pienso que vale la pena lo que hago. Me esfuerzo para eso. Me siento realizado como artista y sé que no estoy engañando a la gente ni robando al director. Te da satisfacción cuando el público aplaude y se ríe. Lo peor que hay para un cómico es que no haya una respuesta. El aplauso del cómico es la risa.
¿Cuál es el momento que más recuerda de su carrera?
Llevo 51 años en esto y he tenido varios momentos felices en muchos países, soy afortunado en eso. He logrado hacerme un poco conocido en el entorno del circo. Por ejemplo, en Offemburg (Alemania) era muy famoso y notaba que la gente me quería mucho. Estuvimos seis años haciendo el show en navidades y recuerdo que en una pizzería bautizaron como Titto’s pizza a mi preferida.
¿Ha cambiado usted en los últimos años?
Sí, mi estilo, cambié mi imagen de clown hasta lo que soy ahora: con gafas, calvo, bajito, ropas excéntricas... Además, en lugar de ser el payaso tradicional quise dar un paso adelante e ir a sitios donde no había circos, como por ejemplo el Benidorm Palace. Pero para entrar en estos trabajos tienes que mejorar tu comicidad, por eso empecé a ensayar y mejorar mi canto.
Por último… ¿Por qué debería de ir la gente a ver vuestro nuevo espectáculo en Benidorm Circus?
Hay varios motivos: la calidad del Benidorm Palace es una garantía de éxito, tiene varios artistas, buen vestuario, buena luz, las condiciones de la carpa son fabulosas, está equipado de 650 cómodas butacas… Además, es un espectáculo para la familia, hay de todo para todos.
Alba Mercader.